Nimerè Parfums

Rusia ha sido siempre una gran desconocida para mi y aunque ocupa una gran parte en la historia mundial, escrita y no escrita, siempre hay elementos que quedan escondidos entre las penumbras. Un gran puzzle que a lo mejor nunca será resuelto.
Pero es justo ese deconocimiento que hace este país esté envuelto en misterio y  atrae la curiosidad ajena.
Arte, arquitectura, cultura, música, la gente, están todas dibujadas a través de un cristal opaco que deja sitio para que tu imaginación vuele libremente, intentando recrear línea tras línea el todo de aquel mundo aparentemente distante.

En todo este amalgama y, al mismo tiempo, sintonía de culturas he encontrado algo que se diferencia del resto. Algo que contrario a sus frías raices transmite ternura y cercania - Nimerè Parfums. Una marca fundada por un viajero del mundo, saxofonista de profesión, un gran apasionado de la aromaterapia y del mundo paranormal, Nikolai Ermin. Un hombre moderno con una visión vintage/futurista (si eso tiene sentido).

Source: Nimerè facebook page.

Sus perfumes son el resultado de la combinación de materiales naturales (el único sintético que usa, según el, es el cashmerano con un olor especifico almizclado-amaderado-especiado, no existe nada parecido a su olor en la naturaleza) de una manera única y bastante visionaria.
Su colección actual alcanza 35  creaciones recopilados en 8 series: The Bohemian Collection, The Collaboration & Art Project, The Enghlish Collection, The Fig Collection, The Garden of Eden, The Pompadour Collection, The Russian Collection, The Sticky Sweet Collection y una fragancia especial - Nimerè by Nimerè XVI.
Desgraciadamente no he tenido la oportunidad de probar todas sus fragancias, pero de las que he probado el que mayor impacto han tenido en mi han sido La Gitane y La Fôret Russe.


La Gitane es resultado de una original mezcla de cítricos, especias, flores, resinas y acordes animalicos.
Más de veinte componentes reunidos para recrear un perfume casi irreal. Un perfume para los valientes diría, porque
dada su rara composición no es un perfume para todos los gustos. Una vez que le aceptas la mágia interior y el aura de misterio, que lo envuelve con una potencia casi surrealista, quitarás la tela para descubrir un fascinante mundo paralelo.
Me recuerda a un animal salvaje, difícil de domar.
El abedul monopoliza la apertura en su totalidad, dejando espacio pasados unos buenos minutos al olor verde del pimiento. Minutos más tarde los otros acordes hacen su aparición, pero la genialidad de la mezcla es tal que no te deja diferenciarlos uno del otro. Se notan brillar las flores, al igual que los elementos animalicos, las resinas y las maderas de la misma manera sin sobreponerse.
Salida: bergamota, limón,  petit grano, nuez moscada, pimiento, cardamomo y azafrán; notas de corazón: rosa, jazmín, iris, ylang-ylang, violeta, geranios Africanos, coriandro, claveles y tomillo; notas de base: algas, especias, jengibre, vainilla, ámbar, patchoulí, benzoin, mirra, castoreum, musgo, cuero, bayas de enebro, abedul, musgo de roble, haba de tonka y cashmerano.

La Fôret Russe (tomillo, salvia, notas verdes, pino Siberiano, cipress, incienso, cedro, musgo de roble, vetiver, benzoin y bálsamo gurjan) te da el sentimiento de estar realmente en un bosque de pinos. Me recuerda bastante Ecstasy de Tiziana Terenzi, pero la ausencia de la rosa en La Fôret Russe le otorga a la fragancia un olor bastante seco, característica ampliada por la presencia del vetiver y del incienso. Verde penetrante. 

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