Nuit de Bekélite


  Es admirable cuando una nariz se atreve a hacer algo diferente y creativo, y es justo lo que Isabel Doyen (perfumer para Annick Goutal y Le Nez, entre otras) ha conseguido con Nuit de Bakélite para la marca australiana Naomi Goodsir.
  Según su creadora, Nuit de Bakélite es "la savia de la tuberosa, la tuberosa pelada, un tubérculo en una jaula verde de cuero, se centra en un pendúnculo pequeño que une la flor con el tallo, es el sonido de plástico cuando varios tallos de tuberosa se enredan, la Majestad salvaje de la tuberosa Persa...".

Notas: tuberosa, angélica, ylang-ylang, galbano, semillas de zanahoria, cardamomo, cuero, styrax, davana, tabaco, notas verdes (varían en función de cada website).

 Hay perfumes que entran en nuestras vidas y marcan un antes y un después, y para mi mi uno de esos perfumes ha sido Nuit de Bakélite. Aunque a muchos no les ha terminado de convencer puedo entender el porque... es diferente, y cuando algo es diferente puede provocar reacciones contradictorias.
 En mi opinión es un nardo llevado a otro extremo. No es el típico floral femenino, tiene un aspecto casi andrógino. No es Fracas, ni Carnal Flower. Pero, seamos honestos, aunque son dos perfumones, ¿quién necesita otro Fracas o Carnal Flower?. Pedimos originalidad en la perfumería moderna y en cuando se nos sirve intentamos encontrarle fallos, en vez de simplemente intentar entender más allá de lo que consideramos normal, aceptarlo y dejarnos seducir por su magnifica representación. A mi me ha cautivado desde la primera vez que la olí y tengo que subrayar que es la única fragancia con la cual he notado un cambio drástico entre salida y secado.

 Nuit de Bakélite se abre con una tuberosa verde, casi plástica y vegetal, húmeda y terrenal, que deja a que su savia se alimente sedienta del calor de la piel. La sensación de "grasienta" y verde dada por el gálbano y la angélica le quitan la vestimenta de narcótica a su Majestad - la tuberosa, ensuciando su "impecable" imagen de gran diva. Y podría hasta jurar que detrás de ese humo se esconde palo santo (gaiac wood) aunque no esté listado entre sus notas. La transición hacia la base amaderada de tabaco y cuero se hace, como la magia que pasa delante de tus ojos y te sorprende por la tenacidad del mago, a través de un corazón de iris amaderado con diferentes tonalidades de almizcle.

El olor a plástico, y parte de su nombre, tiene su origen en un material llamado Bakélite, usado especialmente en los años 50 en la fabricación de tapones para perfumes. Según he leído el bakélite tenía un olor parecido a los aldehidos y ligeramente plástico y ahumado.

Concluyendo, diría que Nuit de Bakélite juega alrededor de un nardo casi "ficticio". Es la historia contada al revés, desde lo más adentro de la planta hacia su capullo, sin llegar a abrir sus flores en todo su esplendor. No es carnal en absoluto. No es indómito, ni narcótico. Es único.

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