Guilty Absolute

 ¿Cuándo comenzó Gucci a sorprendernos con su línea de fragancias? ¿En qué momento decidió salirse de los patrones marcados por la industria y ser diferente? A lo largo del tiempo Gucci no solamente nos ha ofrecido composiciones memorables, como Gucci No 1, Gucci No 3, L'Arte, Pour Homme II, Envy, Rush, Gucci Edp, sino también se ha atrevido a lanzar fragancias inusuales, cuyas estructuras son incompatibles con las propuestas del mercado comercial. Gucci Guilty Absolute y Mémoire d'un Odeur han conseguido romper el convencionalismo y, a pesar de sus insólitas aromas, han conseguido muchos adeptos. 

He de reconocer que había perdido el interés por el trabajo del señor Alberto Morillas unos años anteriores al lanzamiento de Guilty Absolute (2017) y me volvió a perder un par de años más, hasta que Mémoire vio la luz del día (2019). 

Morillas ha abandonado cualquier prejuicio que le ataba a la perfumería de masas al crear Guilty Absolute y esa libertad de expresión, sin pautas, ha conseguido que ésta composición brille por su creatividad y autenticidad.



La fragancia tiene en apariencia un carácter estático, el proceso de desarrollo no es acelerado. Personalmente, la noto moviéndose pausadamente. Se desplaza sutilmente del acorde de cuero aromático, con el cuál se nos introduce, a gotas de lluvia que caen furiosas con intención de extirpar manchas de gasolina del asfalto caliente y a nave industrial destirpada de maquinaria. 

Gucci Guilty Absolute es perfumería elevada a fantasía. Parece irreal aunque es muy terrenal. Es inolvidable y, una vez que se le deja pasar, se queda para vivir.

Encontrar fragancias que agradan es muy fácil hoy en día. Hallar buenas composiciones, indiferente de si se adaptan o no a nuestros gustos, resulta bastante mas difícil, pero dar con algo inusual que cautive y remueva, es como encontrar agua en el desierto.

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