Bajo la lluvia


   Miro al cielo y sonrío. Se que de una manera u otra tu me devuelves la sonrisa. Lo que echo de menos son tus caricias y tus abrazos interminables, seguidos por los besucones plantados sobre mis mejillas con tanto amor que años despues sigo recogiendo sus dulces frutos. Te recuerdo con cada fibra de mi cuerpo.
  Hoy es tu día, hubieses cumplido. No, no te preocupes, no diré cuantos, se que una dama nunca comenta su edad.
 Hasta el sol te recuerda con cada rayo que ilumina mi cara al pensarte. Y te pienso, abuela, cada segundo de mi vida, cada batido de alas y zumbido de abeja, cada rafaga de viento y cambio de estación. Estarás conmigo hasta el final del camino porque te prometí vida eterna, y vivirás para simpre en la luz de mis recuerdos, recuerdos creados con tu magia y amor infinito.
   El otro día llovió y me acordé de nuestros bailes bajo la lluvia, en veranos sin fín. Hasta las gotas retrasaban su caída intentando entender nuestra pequeña locura... pero creo que nunca la entendieron. La lluvia - La Pluie, me recuerda a ti, abuela. A ti, con toda tu empatía y humanidad, a tu glamour clásico pero tan moderno al mismo tiempo. Tiene tu frescura y calidez, tu carisma y la feminidad que siempre te han caracterizado. Cada vez que lo huelo me transporta a nuestro jardín secreto repleto de flores tropicales. Ahí es donde te vuelvo a abrazar y a besar a sorbos el brillo de tus ojos, cada vez que te veo en mis sueños. La lluvia empieza a caer y la humedad inunda el aire con su inconfundible aroma cargado de dulzura. Cada gota que acaricia los delicados pétalos de las flores es un te quiero que me sussuras al oído. Ya lo se, abuela, yo también te quiero. Con todo mi alma y para siempre.
Te he escrito algo, te lo dejo abajo... léetelo cuando estarás a solas, lejos del ruido de alas, de ángeles y de espuma de nubes.
   , abuela, no te preocupes, le escribiré igualmente al abuelo. A el también le echo de menos.

Para mi abuela
Te acuerdas niño la primera vez que te llevó a la playa? Te cogió de la mano y te acompañó despacio hacia la orilla del mar. Estabas asustado e intrigado al mismo tiempo. Apretado la arena con tanta fuerza que tus huellas quedaron marcadas en su recuerdo. La primera ola que bañó tus pequeños pies te hizó chillar de la exaltación, y tu chillido se transformó en sonrisa, y la sonrisa en risa contagiosa.
Te acuerdas niño cuando te hizó salir en la calle, para que la lluvia besase tu pelo castaño? Bailó contigo, los dos descalzos bajo las lágrimas del cielo como dos locos felices.
Te acuerdas niño cuando te llevo por primera vez al colegio? Tenías miedo, pero ella te dió alas para volar y buenas palabras para acompañar.
Te acuerdas ñino cuando te hiciste hombre? Te acompañó al altar, te dio su bendición y un beso en la frente, marcando su amor eterno.
Te acuerdas mi niño cuando la abuela lloró contigo en alegrías y en tristeza? Te acuerdas sus manos acariciando tus dolores? Dime, mi niño... Te acuerdas... de la abuela?
Siempre.

Nos vemos bajo la lluvia, abuela.


Comentarios

  1. Me tocaste el alma con esa carta y créeme que no cualquiera, que gran virtud tienes, que excelsa tu pluma, tu abuelita debe estar muy orgullosa de ti, gracias por compartir con nosotros un pedacito de tu ser y un mucho de tu historia.

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  2. Muchas gracias por tus bonitas palabras, Alma!

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  3. Marta De las Cuevas Insua10 de abril de 2018, 15:53

    Ay Ana cómo me has hecho llorar!

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    Respuestas
    1. Ay, Marta, lo siento, ha sido muy emocionante escribir esto, y yo tampoco he parado he llorar... Pero esta es una de las razones por la cual amo tanto los perfumes - su poder de hacernos sentir, de revivir y de coleccionar memorias a traves de sus notas.

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