El undécimo arte


"Las artes son un fenómeno social, un medio de comunicación, una necesidad del ser humano de expresarse y comunicarse mediante formas, colores, sonidos y movimientos; el arte es un producto o acto creativo."
Batteux popularizó el término de bellas artes en el siglo XVIII para referirse a las principales artes, donde incluyó originalmente la danza, la escultura, la música, la pintura y la literatura; añadiendo posteriormente la arquitectura y la elocuencia. Con el paso del tiempo se han añadido o quitado artes, desapareciendo de la lista la elocuencia.
Ricciotto Canudo fue el primero en calificar el cine como el septimo arte en 1911, y publica su teoría en 1914 en su ensayo "Manifiesto de las siete artes".
Los griegos antiguos dividían las artes en artes superiores y artes menores. Las artes que permitían que los objetos fuesen disfrutados por medio de los sentidos superiores - el oído y la vista, se denominaban como superiores (no hace falta entrar en contacto directo con el objeto observado). En cambio, las artes menores se gozan con los sentidos menores como gusto, olfato y tacto, haciendo falta entrar en contacto directo con el objeto: gastronomía, perfumería, artesanía.
Las últimas tendencias incluyen en el octavo lugar a la fotografía, el noveno el cómic y el décimo el videojuego.
Vale, ¿pero dónde está la perfumería en todo esto? Por qué han dejado fuera lo que para muchos apasionados como yo es una forma de arte? Acaso un perfumer no tiene los mismos méritos al crear un perfume que combina de una manera creativa diferentes compuestos, al igual que un pintor juega con los colores para crear una pintura, un escultor una escultura, un músico al combinar las notas musicales en una melodía o un bailarín al inventar un nuevo paso de baile? Un perfume no es solo un líquido perfumado en una botella bonita (aunque no siempre son bonitas), un perfume representa horas de trabajo y fórmulas fallidas,  combinaciones exitosas o no tanto de ingredientes imposibles y mucho ingenio. También son memorias, recuerdos y sentimientos que albergan esos frascos.
Los grandes maestros de la perfumería no solo han hecho historia con sus fragancias, también han marcado multitud de personas dejando para siempre sus huellas inscritas en las memorias ajenas. Hay que agradecer el trabajo de tantos grandes perfumers que a largo del timpo han creado obras indiscutibles de la perfumería.
Chanel N°5 seguramente no sería considerado como el perfume más conocido del mundo si Ernest Beaux no hubiese tenido la brillante idea de mezclar de tal manera los aldehídos como lo hizo en 1920 o a lo mejor Shalimar, considerado probablemente el mejor oriental de todos los tiempos, no hubiese existido sin la accidentada vertida de Jacques Guerlain de una botella de ethylvanilin en otra de Jicky o la idea de Henri Alméras de introducir en 1929, a principios de la gran depresión, Joy - el perfume más caro de la epoca, que contenía 10600 flores de jazmín por cada botella de 30ml.
A estos tres grandes les acompañan otros perfumers de renombre internacional como Edmond Roudnitska reconocido por su colaboración con marcas como Dior, Elisabeth Arden, Hermès, Rochas, pero que destacó al crear por primera vez un perfume dedicado al lirio del valle - Diorissiomo, usando aroma químicos como el hydroxycitronellal, dado que el olor de esta flor no puede ser extraído del aceite esencial. Roudnitska será una gran influencia para otro artista de la perfumería contemporánea - Jean-Claude Ellena, un genio de los hespérides. Destaca especialmente su trabajo para Hermès (despues de colaborar con Bulgari, Frédéric Malle, L'Artisan Parfumeur, Van Cleef&Arpels) desde la serie Un Jardin hasta el magnífico Terre d'Hermès y para su propia marca - The Different Company, que fundó antes de entrar en Hermès, y al encargo de la cual está, hoy en día, su hija Céline Ellena.
Jacques Polge, creador de Rive Gauche para Yves Saint Laurent en 1970, mejor conocido por ser perfumer de Chanel desde 1979 hasta 2015, donde creó perfumes icónicos como Antaeus, Coco, Égoïste, Allure (con sus flankers), Coco Mademoiselle, Chance, Bleu de Chanel, Coromandel, Sycomore y Coco Noir, estos últimos tres creados junto a Christopher Saldrake otra gran nariz, reconocido por su aportación a marcas como Sisheido y Serge Lutens, entre otras.
Otro gran nombre en la industria es Maurice Roucel, creador de muchos perfumes notables, entre cuales destacan: Envy para Gucci (1997), 24 Faubourg para Hermès (1995), Iris Silver Mist para Serge Lutens (1994), Insolece (2005), L'Instant (2004) y L'Instant Magic para Guerlain, Musc Ravageur para Frédéric Malle (2000), Nautica Voyage y L de Lolita Lempicka (2006).
Olivia Giacobetti, que regaló a la perfumería uno de los mejores higos de todos los tiempos - Philosykos (1996) para Diptyque y que también creó unos de los perfumes más emblemáticos de L'Artisan Parfumeur: Tea for Two, Dzing!, Safran Troublant entre otros y para Lubin el conocido Lubin.
Ya famoso a los 26 años por crear Le Male para Jean Paul Gaultier y con muchos premios a su espalda, Francis Kurkdjian decide lanzarse en 2009, después de crear perfumes como Ellie Saab Le Parfum para Ellie Saab o Narciso Rodríguez for her entre otros, a su propia aventura creando, junto a un socio, Maison Francis Kurkdjian, donde contribuye con perfumes como Aqua Universalis (2009), Absolue pour le Soir (2010), Baccarat Rouge 540 (2016), Grand Soir (2016), etc.
Dominique Ropion, Bertrand Douchaufour, Alberto Morillas y muchos jovenes (y no tan jovenes) perfumers que quieren romper las esquemas de la perfumería tradicional, como Cecile Zarokian, Luca Maffei, Andy Tauer, Francesca Bianchi, Rania J., Giovanni Sammarco, Pissara Umavijani, Hans Hendley, Oliver Valverde (y perdonad por todos los grandes nombres que se me olvidan y con certeza se merecen estar en esta lista) que a traves de sus fragancias destrozan los límites conocidos, quitan barreras y crean nuevos horizontes para nosotros, los amantes de estas preciosas esencias y complejas manifestaciones del arte de la perfumería. Subjetivamente muchos de estos perfumes llegar a ser objetos de arte, pero solo unos cuantos grandes obras maestras. Y aunque a la perfumería no se le considere una forma de arte como tal, para mí, como para muchos de vosotros, sí lo es. El undécimo arte.


Algunos de los perfumes que yo, personalmente, considero obras de arte. 

Comentarios

  1. Hola Ana, muy buena tu reseña en cuanto a las artes y a la perfumeria. Coincido con vos 100% en que la perfumería es un arte, es más, al hacer el curso de perfumería de perfumersWorld, lo primero que surge como pregunta es que es un perfume y "arte" como respuesta es muy común. Me atrevería a ir mas allá y afirmar que perfume es comunicación, y como tal, es definitivamente un arte. Ya seo para vos o para tus lectores, si les interesa información acerca del curso, no dudes en pedirmela, ya que en abril por primera vez el curso se dará traducido al español. Super intereante! Y si te /les interesa, en mi blog, tengo detallado como hacer un perfume desde el principio hasta el final. (https://www.mxscents.com/blog/introducing-the-abc-of-perfumery-part-1) o, en ingles por ahora, la serie de "Cosas que me hubiese gustado saber antes de meterme en perfumeria". Felicitaciones de nuevo!

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    1. Muchas gracias, Max. Tu propuesta me parece más que interesante y la daré a conocer en mi página Facebook con tu permiso.

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