El café y Tambour Sacré


Con tres años de diferencia entre Fundamental y Tambour Sacré, Rubini es una de las pocas marcas de perfumería que toma su tiempo en el proceso creativo y en entregar algo realmente original. La primera me sorprendió gratamente con su aire medio boemio/medio galán y la segunda entrega no se queda mucho atrás con su inspiración africana y aroma vibrante.
Creado por el mismo equipo de cuatro - Andrea Bissoli Rubini, nacido en una familia de perfumistas y fundador de la marca; Cristiano Canali, la nariz del perfume; Ermano Picco, historiador y blogger de perfumes con un conocimiento impresionante en este campo que fue encargado de escribir la descripción oficial del perfume, y Francesca Gotti, quien estuvo a cargo de diseñar el packaging, creado enteramente de material reciclado, - Tambour Sacré marca el ritmo de los tambores sagrados en Etiopía y el baile hipnótico de los cuerpos poseídos por la invisibilidad de la música.

"Al igual que la música, el perfume es un arte del tiempo: tanto los sonidos como los olores nos invaden y desaparecen.
A medida que el avión despega, mirando por la ventana, el ojo se llena en el horizonte, donde el azul besa el rojo ocre: aquí los perfumes y los sonidos de esta tierra nos invaden de nuevo, tan intensos que silencian los motores. Al igual que la frecuencia primaria del universo, su vibración se expande en una onda circular desde el interior.
El toque de olor a especias y humo, el rollo de tambores sagrados en Etiopía está relacionado con cada ritual, desde las ceremonias religiosas hasta los gestos de todos los días.
Por el valle del río Omo, el flujo del tiempo y los sentidos está marcado por estos bosques arcanos. Como una música que toca los acordes del alma, invisible pero obsesiva, la vida en el Cuerno de África baila con los cuerpos de ébano pintados en ocre y barro, destella en los ojos de sus mujeres tan intensas como tuberosos que quedan en una habitación cerrada, y da cobijo al viajero en sus pueblos con las mejores costumbres de hospitalidad." (Nota de la marca, traducción mía.)

Etiopía es el país africano donde, en 850 DC, se escribió la historia del café. Tras descubrir el efecto estimulante que tenían unas bayas rojas producidas por unos arbustos sobre sus cabras, un pastor llamado Kaldi decide llevar dichas bayas a un monasterio cercano. Despues de una breve examinación, y al constatar que las bayas son demasiado amargas para ser consumidas, los monjes se deshacen de ellas en el fuego, pero el olor intenso de las bayas tostadas les cautiva los sentidos de tal manera que deciden usarlas en una infusión con agua caliente dando lugar a la bebida oscura conocida hoy en día como el café. De Etiopía, la cuna del café, proviene la mayoría de variedades de Árabicas del mundo.
Cada tipo de café tiene su perfil aromático y cada taza de café aproximadamente 1000 compuestos vólatiles. Árabica tiene un aroma refinado y tenue, dulce y afrutado, delicado y ácido al mismo tiempo.

Es justo el amargor que lo caracteriza lo que me impide disfrutar su sabor, pero me encanta el aroma de café y, hasta el momento, solo he encontrado dos fragancias donde el café recién tostado esté tan bien ejecutado, una de ellas siendo Tambour Sacré, y la otra Emerald de Hervé Domar. Sin haber leído de antemano la descripción del perfume al olerlo por primera vez me ha transportado a una plantación de café, bajo el sol de Africa y su colorido inolvidable.
Tambour Sacré no es una fragancia que mantenga el mismo ritmo, es vibrante y cambia bastante desde la apertura hasta el secado aunque el café domina completamente la fragancia, oscilando entre tostado en la apertura, verde en el medio y cremoso hacia el final. A pesar de tener listados cítricos, estos no resaltan especialmente en la composición, su papel siendo el de dar un estallido de luz a la fragancia. El cardamomo, usado en el Oriente Medio para aromatizar el café, da ricura y condimenta y, junto a la sequedad caracteristica de la pimienta blanca, añade aún más profundidad y oscuridad al aroma de tostado. Pasado un tiempo el nardo interfiere con su cremosidad verde, nada indolica, añadiendo una pincelada de dulzor.


Notas: bergamota, naranja, cardamomo, pimienta blanca, canela, acacia, tuberosa, café absoluto CO2, sándalo, mirra, benjuí, tonka. 

El sándalo, un ingrediente que juega un papel importante en las dos fragancias de Rubini, en Fundamental ayuda a crear la ilusión de cuerpo sucio y en Tambour Sacré le da un toque de cremosidad al amargor del café tostado, se mezcla en una perfecta armonía con la cálidez aromática de la mirra y el dulzor avainillado del benjuí. Compuestos comunes que juegan según las reglas no escritas de una imaginación inconvencional hacen de Tambour Sacré una fragancia muy especial.

Aunque no sea tan fuera de lo común como Fundamental, Tambour Sacré ha augmentado, para mi agrado, la esperanza de que hoy en día se pueden crear fragancias inovadoras y únicas, a pesar de ser bastante personales.


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