Hegoa de Teo Cabanel

Almuerzo encima de un rascacielos. El 20 de septiembre de 1932, 11 trabajadores de la construcción "casualmente" almorzaban en una viga de acero sobre 30 Rockefeller Plaza, cientos de pies sobre Manhattan, durante la construcción del Rockefeller Center. Publicada el 2 de octubre de 1932 en el suplemento fotográfico del domingo del New York Herald Tribune, Almuerzo en lo Alto de un Rascacielos es un homenaje al arduo trabajo de miles de emigrantes que se manifiesta en una imagen que causa revuelo hasta el día. Un momento en el tiempo inmortalizado para simpre en el horizonte y en la hisyoria de Nueva York.

La vida está hecha de este tipo de momentos aparentemente fugaces que deben vivirse con la intensidad inversamente proporcional a su brevedad.  Especialmente los alegres que agregan sal a nuestro tiempo y nos hacen brillar como una burbuja de jabón bajo los reflejos de un sol brillante que lo rompe en pequeñas partículas de agua que contaminan el suelo con su resplandor.
Hegoa, como lo sugiere su (simple) botella de diseño artístico, ofrece una gran sensación de placer y felicidad reflejadas metafóricamente a través de la emocionante danza de varios paracaídas de diente de león (conocidas como pappus) arrastrados por el viento. Su aroma etéreo se compone de un té verde efervescente con motas cítricas y matices de una rosa inocente. El acuerdo de té de Hegoa es uno de los más hermosos y realistas que he olido, mejor recreado que la línea de té de Bvlgary, en mi opinión, una combinación suave y clara de jazmín (hedione), que agrega un hermoso toque floral al la composición, con cítricos (diría que el limón es culpable por el brillo del comienzo y la mandarina por sus facetas dulces), hoja violeta y una gota de heno que acentúa sus aspectos secos de hierba cálida / terrosa.  La transición a la base de ámbar suave es animada a través de un velo de almizcles limpios.
El aroma de Hegoa persiste en la piel durante horas con su suavidad en el silencio y el equilibrio, brindando comodidad y serenidad a su portador, como esas manchas de sombra bajo un árbol lleno de hojas que ofrecen protección contra el calor cruel del verano.