Las lágrimas del Sol

El Alma del Tigre, Luz Petrificada son algunos de los nombres que hacen referencia al ámbar, la resina aromática fosilizada a la cual le han llevado millones de años en formarse en diferentes tipos de pinos (el más antiguo data desde hace aproximadamente 345 millones de años).
 Apreciado en el mundo de la joyería por su color y belleza natural, el ámbar es usado también en la creación de perfumes para darles un toque dulce, resinoso y cálido. Se puede extraer de manera natural, pero como el ámbar fosilizado produce muy poco olor se recurre a la recreación de su aroma a partir de la mezcla o combinación de alguna de las notas de ládano, benjuí, styrax y/o vainilla.
 Las fragancias que incluyen la nota de ámbar son bastante diversas, y es justo ésta diversificación la que nos da la posibilidad de encontrar ámbars únicos, desde simples hasta los más complejos.
 Dado que el ámbar es una de mis notas preferidas (también de muchas otras personas) en los meses fríos de otoño e invierno gracias a su entrañable olor he pensado en componer una lista con mis perfumes a base de ámbar favoritos, en ningún order especial:

 Ambre Sultan de Serge Lutens, ámbar de herbolario. El exquisito abrazo de la mirra entre susurros de hierbas, especias y resinas.

 L`Air du Desert Marocain, obra maestra. Profundo, evocador, perdurable, complejo, especiado, seco, picante, rico en incienso.

 Ambre Loup de Rania J., un cordero en piel de lobo. Apertura animálica que se va convirtiendo en una fragancia cálida y dulce, con tonalidades balsámicas.

 Ambre Sauvage de Annick Goutal, el impertinente. Te coge por sorpresa con su fuerte apertura sintética, pero se echa despacio para atrás dejando ver su lado suave de vainilla. Nada de salvaje aquí.

 Ambre de L`Occitane, la madre de todos los ámbar. Clásico, rico, reconfortante, dulce sin ser comestible, fácil de llevar, olor natural.

Twilight de Sarah Jessica Parker, el sutil. Suave, nada extraordinario, simple, ideal para ir a dormir.